
Últimamente solo recibimos inputs negativos, nos avasallan con noticias pesimistas y alarmantes sobre el desplome de los mercados o las incertidumbres de la economía mundial. No es una sorpresa que los ahorradores tengan pesadillas con la bolsa, suden cada vez que consultan sus inversiones, les tiemblen las manos antes de hacer una aportación o tengan una vocecilla detrás de la oreja que les va diciendo: “vende, vendeee”. Leer más










