El 15 de septiembre de 2008 quebró Lehman Brothers. Con esta caída un terremoto sacudió los mercados financieros y desencadenó una oleada de miedo. Esa misma semana Grupo Mediolanum lanzó un mensaje tranquilizador: prometió que tomaría las medidas necesarias para evitar que la quiebra afectase a los miles de clientes que habían contratado productos estructurados con bonos de Lehman.