Más tráfico en la calle, compra de uniformes, de libros… ¡Ha llegado la vuelta al cole! Y, a la vez que ello, Banco Mediolanum ha organizado Mis primeras finanzas, una iniciativa para explicar a los más jóvenes la importancia de tener conocimientos financieros básicos. Para empezar, la clase voluntaria se ha organizado para los hijos de los empleados de la entidad, de 13 a 15 años.
La diferencia entre tener conciencia o no de la importancia de administrar tu dinero, la manera de hacer un presupuesto o cómo empezar a ahorrar es muy, muy grande. Por eso, en Banco Mediolanum apostamos por la educación financiera. ¡Cuanto antes, ¡mejor!
Comienzan las clases en Banco Mediolanum
Miércoles 7 de septiembre a las 5 de la tarde. La clase de finanzas está a punto de empezar. “Esto no es una escuela, así que vamos a pasar una tarde agradable, divertida y con el objetivo de aprender algo de finanzas”, decía para romper el hielo Marta Faccioli, empleada de la entidad y profesora por una tarde.
La otra profe de finanzas era Elisenda Vicent, Family Banker de Banco Mediolanum. “Cada familia tiene sus ilusiones y yo, como asesora financiera, ayudo a estas familias a cumplirlas.” Así se presentó a sus alumnos. “Pero no es tan fácil: para poder alcanzar algunas ilusiones es necesario tener ahorros… ¿Os suena la palabra presupuesto?”. “En Banco Mediolanum apostamos por la educación financiera. ¡Cuanto antes, ¡mejor!”
De esta manera, las Family Bankers comenzaron la clase haciendo un presupuesto familiar, con la ayuda de la pirámide de las necesidades: hipoteca, comida, vacaciones… ¡Todos se sorprendieron cuando escucharon lo que podía costar el colegio! “¡¿Tanto?!”, exclamó una joven, llevándose las manos a la cabeza. No lo parece, pero… ¡cuántos gastos tiene una familia!
Todo parecía cuadrar hasta que surgieron los temidos imprevistos: visita urgente al dentista, gafas nuevas, reparación del coche… ¿Cómo lo afrontamos? El presupuesto inicial empezó a tambalearse… “Sin algo ahorrado… ¡no podemos!”, dijo otra asistente.
Y llevaron el ejercicio a un terreno más próximo: la paga semanal. ¿Qué pasaría si, como ejemplo más cercano a ellos, se les rompiera el móvil? En este punto se pusieron a hacer cálculos, a contemplar opciones de compra… El debate sobre la diferencia entre capricho y necesidad fue interesante. En el momento en que fueron conscientes del tiempo que necesitaban para ahorrar el dinero suficiente y comprar otro… ¡lo que parecía tan necesario dejaba de serlo!
Por último, llegó el momento de las conclusiones. “Tenemos que hacer cálculos antes de comprar”, dijo la primera joven que quiso participar. “Planificar nuestro ahorro, si no… ¡Se nos va de las manos!”, comentó otra alumna. “Es importante ahorrar un poco de cada paga, para imprevistos”, afirmó la más convencida. “Y pensar en lo necesario antes que en los caprichos”, admitió otra,, con la boca pequeña…
Banco Mediolanum y la educación financiera
“Este tipo de iniciativas hacen reflexionar a los niños. Se dan cuenta de cómo funciona el mundo real. Sobre todo, son importantes porque te familiarizan con conceptos que, en un futuro, serán temas del día a día”, nos explica Marta tras la clase.
Matemáticas, historia, música… Las agendas de los niños están repletas de asignaturas, pero… ¿y las finanzas? “Ojalá me hubieran explicado todo esto en la escuela, es básico: conciencia del ahorro, capacidad de renuncia, planificación…”, comenta Elisenda. Y añade: “Tendría que hacerse de forma constante, como una asignatura más. Los niños demostraban interés, hasta alguna tomaba apuntes”. “En la vida real, el ahorro no es un juego, sino el futuro”
Marta también lo tiene claro: “Estos proyectos ayudan a ganar confianza”. Y es que el primer día que tienes relación con un banco se parece en cierta manera al primer día de colegio, todo es desconocido. “Y es justo lo que tendríamos que evitar. Con ciertas nociones de los conceptos básicos de economía y finanzas, los niños, cuando no lo sean tanto, no irán a ciegas al banco”. Banco Mediolanum pretende, con esta acción, mejorar la educación financiera de los futuros usuarios del banco.
Con juegos dinámicos y participativos, y sin darse apenas cuenta, los alumnos pudieron tomar conciencia del valor del ahorro, de la importancia de planificarlo, de la repercusión que pueden tener sus decisiones cuando se trata de dinero… En definitiva, que en la vida real, el ahorro no es un juego, sino su futuro.
Mis primeras finanzas resultó ser una tarde amena, amigable y productiva para que las finanzas dejen de ser un reto.