¿Crees que cuando inviertes decide tu razón? No subestimes el poder de las emociones

El poder de las emociones al invertir

Tras largos años de trayectoria en el mundo financiero, puedo decir que detrás de cada decisión financiera se esconde siempre una emoción. Como Director Comercial y responsable de la Red de Asesores de Banco Mediolanum, hoy me gustaría compartir contigo situaciones, conclusiones y reflexiones basadas en experiencias reales que he vivido, para aportar mi granito de arena en este terreno y allanar a los ahorradores el camino hacia sus metas, ¡tu camino!

¿Cómo actuamos ante las decisiones financieras?

Si una cosa tengo clara es que somos seres emocionales y nos comportamos como tales. Seguro que te has visto alguna vez, como ahorrador, en una o varias de las siguientes situaciones…

  • Has tomado una decisión errónea dejándote llevar por “la intuición”.
  • Te has arrepentido de haber depositado tus ahorros en algún producto financiero de forma precipitada.
  • Te has frenado por el miedo a los movimientos del mercado a la hora de invertir.

Existen dos formas de tomar decisiones en la vida: siguiendo un criterio racional o dejándonos llevar por las emociones. Las inversiones financieras y de inversión no son excepciones a esta regla, también se encuentran dentro de este marco humano. Según Richard H. Thaler, Premio Nobel de Economía 2017: “Las decisiones económicas no siempre responden a criterios racionales, sino que existen múltiples factores psicológicos que entran en juego”.

“Detrás de cada decisión financiera se esconde siempre una emoción”

Pongamos un ejemplo de cómo la euforia y el miedo pueden llevarnos a tomar una mala decisión a la hora de invertir.

En momentos bajos de la economía es cuando surgen excelentes oportunidades de inversión. Sin embargo, nuestras emociones pueden bloquearnos y hacer que salgamos corriendo del mercado, dejando pasar oportunidades. Lo mismo ocurre en momentos alcistas, en los que, presos de la euforia, podemos tomar decisiones muy desafortunadas. Ambas situaciones afectarán de forma considerable a nuestra rentabilidad, al nivel de beneficios y, por tanto, a la capacidad de ahorro.

¿Realmente se aprende siempre de todos los errores?

Siguiendo con el estudio del psicólogo Paolo Legrenzi, no se aprende de todos los errores. Según él, los hay de dos tipos: los que cometemos por inexperiencia y los que cometemos de forma sistemática.

Los primeros se solucionan con el conocimiento y la experiencia adecuados. Sin embargo, los segundos se repiten de forma constante en el tiempo. Estos tienen que ver con un proceso mental recurrente. Entonces ¿por qué los inversores se comportan como lo hacen y no como deberían? Según la teoría del Behavioral Financial, publicada por el BME, los sesgos emocionales y cognitivos son los que harán que tengamos una mayor o menor tolerancia al riesgo. Un inversor con exceso de confianza puede infravalorar el riesgo realizando compras y ventas en exceso. Por contra, un inversor con aversión al riesgo seguramente elegiría una cartera muy conservadora, evitando cualquier momento que le pueda hacer perder dinero.

Lo más fácil no siempre es lo correcto: apóyate en un asesor financiero

Si no contamos con un profesional financiero al lado que nos asesore, es probable que la procrastinación haga acto de presencia y nos lleve a tomar un camino erróneo. ¿Y qué puede ofrecernos este profesional?

“Salvo La Porta: no subestimes el poder de las emociones”

  1. Disciplina en nuestro plan financiero

Seguramente nos cansaremos de escuchar cantos de sirena que promueven inversiones fáciles, rápidas y sin riesgos. Es en este preciso momento cuando nuestro asesor nos ayudará a mantener la calma.

  1. Mantener la calma ante una corrección en la bolsa

Este es otro de los momentos de pánico en los que se producen las peores decisiones de inversión/desinversión provocadas por el miedo.

  1. Qué hacer ante una caída

Si nuestro plan de ahorro e inversión es a largo plazo, esta bajada puede ser una excelente oportunidad para incrementar nuestras aportaciones aprovechando la caída de los precios.

La economía no es algo matemático ni predecible

¿Podemos saber cuándo bajarán las bolsas o cómo se comportarán los mercados? No. Y quien diga lo contrario se está apoyando en resultados pasados. Aunque parezca raro, el ahorrador debería agradecer esta sinceridad, ya que otro tipo de respuesta estaría faltando a la verdad, y podría llevarlo a una gran decepción y una importante pérdida económica. Lo mejor es dejar de creer en predicciones y seguir con nuestra estrategia de inversión, mantener una buena diversificación y planificar la inversión según nuestro horizonte temporal. Así conseguiremos resultados sin jugárnosla a que funcionen nuestras corazonadas.

No debemos culparnos por decisiones mal tomadas en el pasado, ni por habernos dejado llevar por las emociones en un contexto incierto. Lo mejor es aprender de todas ellas y poner los medios a nuestro alcance para que no vuelva a ocurrir lo mismo. ¡Combate tus emociones!

 

Salvo La Porta

 

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