Está claro que las necesidades financieras van cambiando en cada fase de nuestra vida al ritmo de nuestras necesidades vitales (infancia, estudios, familia, jubilación, etc.) Si no se prevén y se planifican con tiempo pueden suponer un reto difícil de alcanzar. Leer más
Las cosas importantes se planifican a largo plazo
Hace siglos, los incas establecieron un sistema de terrazas para desafiar las abruptas pendientes de los Andes y ganar terreno para la agricultura. Estas construcciones a base de escalones, que se trabajaban en lugares emblemáticos como el Machu Picchu, recibieron el nombre de andenes. Se construían en las laderas y en lo alto de las montañas para poder sembrar. Ayudaban a evitar la erosión de los suelos y permitían aprovechar el agua tanto de la lluvia como del riego a través de canales que se comunicaban en sus distintos niveles. Los andenes se adaptaban así al paisaje natural y servían para aclimatar productos a la altura. Peldaño a peldaño, poco a poco, pero con paso firme. Era un sistema fruto de la observación, la paciencia y de mirada larga. Así funciona el largo plazo cuando hablamos de inversión. Se trata de pensar no en el hoy ni en mañana, sino en el futuro. Leer más
Ahorrar también es de jóvenes
Que los jóvenes de hoy en día no pensamos en el mañana, no tenemos aspiraciones ni valoramos el dinero, es como decir que los adultos de hoy en día no tienen ningún interés en el presente o no saben disfrutar de él. Es simplemente generalizar y ser reduccionista con toda una generación que ha empezado a ser adulta en un momento especialmente difícil.
Los jóvenes necesitan ahorrar para asegurar su futuro
Todos los jóvenes pensamos en nuestro futuro, en lo que nos gustaría ser y en lo que nos gustaría tener, y somos conscientes de que para conseguirlo es necesario ahorrar, hacer un colchón que nos proporcione cierta tranquilidad. Pero supongo que yo, por haber hecho mis prácticas en una entidad financiera, soy especialmente consciente de ello y de las herramientas para alcanzarlo.