Mes a Mes: la lógica de los jubilados

mes a mes la logica de los jubilados

Todo lo altera la jubilación: cambian el horario, la relación con la familia,  la forma de vestir y se redescubre el ocio cotidiano. Aunque el salto más profundo, pero imperceptible al principio, se produce en las finanzas. Quizá por eso, el día en que realmente se es consciente del estatus de jubileta es a final de mes, cuando en vez de la nómina se percibe la pensión, con el consiguiente descuento, of course.

Entonces comprendemos que se terminó el ahorrar para el futuro porque el futuro ha irrumpido como un elefante en una cacharrería. Como en los exámenes, “se agotó el tiempo”, y en ese instante sabemos si hemos sido hormigas o cigarras. Los primeros, especialmente si han estado bien asesorados, habrán invertido en fondos de pensiones y otros productos diseñados para completar los ingresos a partir de los 65 años. Los segundos, las cigarras, están a verlas venir.

Sin embargo, igual da hormigas que cigarras, pocos son los jubilados que se preguntan qué hacer con sus ahorros el día después. Es más, la mayoría considera que debe seguir tal cual estaba antes.

Preocupado por mis padres, ya mayores, acudí a Pilar Raventós, una Family Banker de Mediolanum, que tuvo la amabilidad de abrirme los ojos, de explicarme que existen productos diseñados para las necesidades de los jubilados, cuya principal peculiaridad es aportar liquidez de forma recurrente. Justo lo que precisan en esta etapa de su vida.

Se trata de los fondos de reparto, diseñados para percibir rentas periódicas con dos activos preeminentes: en renta variable, acciones con una alta rentabilidad por dividendo, y en renta fija, títulos muy ligados al cupón.

“El día en que realmente se es consciente del estatus de jubileta es a final de mes, cuando en vez de la nómina se percibe la pensión”
A través de Mediolanum Mes a Mes, una herramienta informática creada ad hoc por el banco, los Family Bankers disponen de una amplia gama de este tipo de fondos. Pueden conocer la política de reparto de dividendos de cada uno, la periodicidad del pago, la evolución de las rentabilidades pasadas o su volatilidad y, por supuesto, los activos en los que invierten. Con este poderoso aliado construyen una cartera de varios fondos a la medida de su cliente, estableciendo, por ejemplo, una paga al mes más extras en Navidad y verano. Y basada, nuevamente, en la filosofía de diversificación de Mediolanum para reducir riesgos y garantizar rentabilidades.

Es cierto que se desconoce el montante que se abonará en cada momento, pero siempre hay una ventana de liquidez, pues el cobro es muy estable. Generalmente el dividendo y el cupón funcionan al margen de los vaivenes de los mercados, que impiden rescatar capital cuando se necesita.

Por mi parte, yo ya estaba convencido. Pero… ¿y mis padres?

A priori les gustó la idea. Mi padre me propuso acercarnos a su sucursal —es un cliente tradicional de toda la vida—, pero tiene la movilidad reducida, por lo que llamé a su oficina. Allí me pasaron con el director, que, muy amable, se ofreció a reunirse el viernes por la tarde —yo no puedo a ninguna otra hora— donde nos viniese mejor.

¿Ustedes se lo han creído? Yo tampoco. Empezaré de nuevo: “El otro día le propuse a mi padre conocer a un asesor de Mediolanum…”.

“Mes a Mes: estrategia de inversión, basada en la filosofía de diversificación de Mediolanum para conseguir, por ejemplo, una paga al mes más extras en Navidad y verano”
Esta vez, ya de verdad, quedamos con él un viernes a las 17.30 en casa de mis padres. Se presentó; aceptó un té que mi madre insistió en ofrecerle; puso encima de la mesa unas diez hojas y empezó a preguntarles por sus hijos y nietos, quiso saber cuántos éramos y si alguno vivía con ellos. Y luego charló con mi padre de pesca. Eran las 19.12 cuándo terminó de rellenar un cuestionario donde se repasaba la vida completa de mis padres.

Puede que esta historia suene al abuelo Cebolleta, pero es ¡la historia! Si se quiere vender un producto a una persona mayor, hay que diseñarlo cuidando ciertos detalles, porque una cosa es pensar en ganar clientela y otra muy diferente, pensar en la clientela. Mis padres no solo necesitan un producto financiero adaptado, necesitan un trato adaptado.

Ahí anda mi padre repasando los estadillos de sus fondos de reparto y llamando de vez en cuando al Family Banker de Mediolanum. Y viendo como recibe cada mes un dinero con el que no contaba. Y mis hermanos y yo, más tranquilos.

Por cierto, varios amigos míos también han contratado fondos de reparto. ¡Para las vacaciones!, me dicen.

 

Juan Ferrari San Juan